viernes, 9 de octubre de 2015

"Mala noche y parir hembra"

La escritora rosarina , Angélica Gorodischer , publica ,en 1983, un libro de cuentos al que titula” Mala noche y parir hembra".Transcurría la cuestionada mitad de los noventa.Era una noche de tantas en mi amada calle Corrientes y en una librería vi ese título , el nombre de la autora  fue suficiente para que inmediatamente lo comprase y obviamente , lo leyese ya sea la Giralda, en Gandhi (el Foro Gandhi , recuerdan?) o en un poco mullido asiento del 60 siempre y cuando hubiese sido la feliz acreedora de un asiento. Obvio que jamás hora pico.
Abrir un libro tiene un sesgo de magia. Comprarlo es ya una caricia para el alma. Dentro de un libro hay mundos increíbles que nos atrapan y nos trasladan a vivir las experiencias más delirantes, o tristes o lo que sea. Un libro es como un arcón, o como un alhajero heredado de una tía rica...
Vuelvo porque me pierdo navegando con los protagonistas de El amor en los tiempos del Cólera, Fermina Daza y Florentino Ariza...A medida que paso suavemente de una página a otra, después de oler el libro, sus hojas...voy a lo que deseo saber y es a qué se refiere ese título.
 Dice la escritora que el título que es una frase del general Francisco Javier Castaños, vencedor en la batalla de Bailén, cuando su reina, en vez de dar un heredero a la corona, tuvo la mala idea de dar a luz a una princesa. El generalote, que había estado toda la noche con los pares del reino esperando el nacimiento, dijo esa insolencia: “¡Mala noche, y parir hembra!”. La Gorodischer recordó entonces esos tiempos en los que en Europa no se anotaba a las niñas en los registros de personas o en que en Oriente se ahogaba a las recién nacidas y se dejaba vivir a los varones, o la maldición “ojalá que todos tus descendientes sean hembras”, o las doctas discusiones acerca de “si las mujeres tienen alma o no”.
 En su libro, Mala noche y parir hembra, Angélica Gorodischer, parte de actitudes y estereotipos de la mujer que conforman la creencia común, para mostrar, parodiándolo, cómo este bagaje, ya folklórico, no es, y probablemente nunca haya sido, natural. No lo hace con enojo ni desprecio hacia el hombre, simplemente muestra que hay otra cara de la historia que se debe considerar y que muchas veces lo que se ve o lo que se quiere ver, no refleja el derecho natural, sino que parte de una tradición que se ha desarrollado a través de los años. Gorodischer se apropia de ciertas actitudes y las expone al revés, mostrando que hay otra manera de pensar.
A través de este texto, la escritora ha contribuido mucho a conmover presupuestos folklóricos, sugiriendo posibilidades para que las mujeres transmutemos las costumbres que nos limitan y encierran, para desarrollarnos en otras direcciones, en las que las mujeres tengamos voz propia y podamos vivir sin pedir permiso.
PD: Y por casa, cómo andamos?
PatriciaCe

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