lunes, 9 de abril de 2012

Cierto cansancio otoñal ( Escrito en dos mil nueve y ratificado en dos mil doce)

Mientras caminaba hacia mi trabajo me dejé capturar por el trinar de los pájaros por la mañana.No sé por qué trayecto del pensamiento llegué a esto que me agobia : es el otoño.
La noche en medio de la tarde, la ausencia de sol, las lloviznas, la melancolía.En ese proceso espiralado que describía Pichón Riviere llego a preguntarme si antes también me sentía molesta con el otoño y ese cierto cansancio nerudiano.
Amo la lluvia ! escribía en un mensaje de texto mi amiga Cló, ayer.Antes, me disgustaba el otoño?Entonces comienzan a sucderse una delante de otras las imágenes hasta que llegan al punto en el que Otoño y yo dejamos de ser compatibles.
Es tan sencillo ! Pero me sucede cada año desde hace...veinte o más? años.
Retrocedo en el túnel del tiempo y y la cámara se detiene en una escena que duele y quedó asociada for ever a las emociones...Abril.
No nunca me gustó dejar el verano y la primavera.
No me gusta el frío.Abril.Está por nacer María Agustina, mi ahijada.Vivíamos en la casa de la calle Urquiza.Yo tenía 26 años.Vivía con mis padres.Bah uno era mi padre y la otra era mi madre.El moisés de Agustinita , que ya estaba haciendo que la panza de su madre pareciese un globo aerostático, estaba en casa.Lo habíamos llenado de volados y cintas.Sencillo y tierno.Mi padre estaba tan entusiasmado con el nacimiento como con el moisés.No sabíamos el sexo de la criatura que finalmente quiso nacer pero era tan grandota que debieron practicarle una cesárea a su madre.Afuera, de la sala de operaciones, en la sala de espera, en un pasillo de luz blancoamarillenta esperábamos.Me dolía una muela.O un diente.O un colmillo.No se ni importa.Salió , después de la larga espera el cirujano con la gorda , era Agustinita.La ropa blanca del cirujano estaba teñida de sangre.La niña había nacido y yo era feliz ,teníauna ahijada.No se cuántos días pasaron del 21 de abril al 28 ni sé si esos fueron los días que pasaron , ni siquiera si esos números son fehacientes.Papá se va al campo una mañana y me dice que, a su vuelta leeríamos juntos la revista HUMOR.Yo feliz.El iba a comprar carne al campo.Mi madre y yo salíamos de compras.Se casaba Teresita y yo tenía el modelo in mente.Pero ni Teresita se casó ni yo me hice el modelo.Compramos la tela despues de muchas vueltas y emprendemos el retorno a casa.Nos buscaba un vecino.Papá estaba descompuesto.El mismo vecino que me llevó a buscar a Héctor Gussoni a la quinta y Luciano que era chiquito sin que yo dijese nada , me vio y salio corriendo a decirle a su papá que estaba descompuesto el gordo.Hoy Luciano es cirujano y tiene una hermosa familia.Pero en esas épocas el y Pablo habían sido mis alumnos.También iban a pescar con su padre y el mío.Un episodio de hipertensión arterial, una intoxicación,todo entre signos de pregunta.Papá se calma con los remedios , está acostado en mi cama, Héctor Gussoni sentado en un sillón y yo ahí...los tres conversando acerca del nacimiento de Agustinita.Papá se duerme.Jamás volvió a despertar.Por la tarde mamá decía está dormido y yo le decía está en coma y mamá , negadora por naturaleza , seguía diciendo eso mientras yo me tiraba al suelo en el jardin y decía y preguntaba dónde estaba Dios en ese momento ya que mi padre, mi amado padre, ese padre que me amaba se estaba mueriendo.Después imágenes, terribles.De esas que pensás que les pasa a los demás pero finalmentge nos sucede a todos tarde o temprano pero cuando te/ nos sucede a nosotros , somos nosotros los únicos a quienes nos sucede.Una ambulancia en la puerta de mi casa.Se llevan a mi padre.El médico nos lleva en su auto.No entendemos nada.Nos dice que no pasa la noche.Es de noche.Hay un montón de gente en el pasillo del hospital, en el hospital San Andrés.Agustinita en un par de habitaciones después.Héctor el médico,nos cuenta que Pablito tenía su primer asalto y que en el camino rezaron por papá.Yo habá dejado de fumar pero no se como me encontré con un atado de Marlboro que iba devorando uno por uno.Mi papá se moría.No podía ser.Era una película.De terror.Pero el terror era que no era una película.Papá falleció el primero de mayo a las catorce quince, en un cuarto lleno de luz en el Hospital San Andrés, mi madre a su lado y los médicos y enfermeras que lloraban junto a nosostras.El otoño había hecho una estampida en el paisaje.Todo se volvió gris, oscuro.Cuando volvimos a casa después del entierro ,el jardín estaba tapizado de hojas secas de colores dorados de intensidad diferente e inolvidable.La gente comenzaba a podar las plantas.Estábamos en pleno otoño.Ahora también a pesar de que sucediereon veinticuatro otoños más y en mayo se casa mi ahijada.
PD: Teresita se casó mucho después porque se pescó una hepatitis así que fui a su ceremonia religiosa con otro modelo, mucho más lindo y con una tristeza muy profunda.

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