El día comenzó sin sabor. Transcurrió amargo, oscuro, en un pozo. Pero, mágicamente, bastó una brizna de aire para volver a la superficie .Un motivo, tal vez falaz, tal vez un espejismo sirve de asidero, respiro, puedo mirar el horizonte y se mitiga, suavemente el para qué, el apocalíptico anclaje en el puerto inseguro, el estado de trance, onírica autotrampa , boicot supremo que reemplaza la paz y armonía. Sólo una brizna de aire, me pregunto ya en el aire. Y si esa brizna desaparece, me pregunto. Mentalmente me respondo. No importa porque es el motivo que pone en movimiento la maquinaria que abre puertas de universos desconocidos que ayudarán, lo decreto, lo firmo, lo sello, a oxigenar el aire viciado de un planeta conocido, puerto anquilosado, refugio de cobardes y vencidos. Necesitamos fervientemente ser percibidos (enunciado por el idealista George Berkeley “Ser est percipi). Pero no solamente ser percibidos sino bienqueridos. No importa la cantidad de seres que te brindan afecto del bueno, del sincero, del saber estar y compartir lo bueno y lo malo. Lo importante es que estén. Y tal vez sólo se había apagado el fuego, no podía ver, respirar, sentir. Tal vez la brizna de aire, bello pretexto, brillante espejo, salida de laberinto, permitió que se iluminara la pista de baile y al fin respirar profundamente el afecto, no ese que yo quería y no fue ni será sino los de los elegidos que me eligieron y son más que mi sangre. Hermanos que me dio la vida y que fueron apareciendo a medida que liberaba mi zona de visión y se limpiaba mi entorno.
No importa lo que suceda contigo brizna de aire puro y limpio, inmaculada y fecunda. No, no importa. Ya hiciste lo que tenías que hacer en mi vida. Porque qué necesitamos sino motivos, briznas en las cuales ni siquiera podremos hacer pie, pero ya no importa, porque iluminó este universo que hoy despertó con sabor a sinsabor y se tiño de colores amargos. Ya no importa porque es noche, tarde, estoy escribiendo, compartiendo mi sentir y con la certeza de días desiguales, sorprendentes, positivos construidos por mí y por la magia que tiene la vida. Por ejemplo, sin ir más lejos, ya transitando la madrugada mi horizonte está pintado con la dulzura atesorada en un mango.
Gracias a cada uno de cadaquienes componen este relato y mi vida.
Patricia Ceraso
2019
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